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EL REY DEL RETIRO

Cono Norte

Hace unas cuantas primaveras, y un día antes de las vacaciones, abrimos un mapa y seleccionamos casi al azar Huelva como desconocido destino para unas minivacaciones. Así, a vista de pájaro, la parte norte de Doñana y la larga playa de Matalascañas tenían una bonita silueta y parecían un apetecible destino. Y así fue, un buen lugar para retozar en la arena, contemplando los atlánticos atardeceres en los que el mar engulle el sol y disfrutar de aquella recién descubierta cinta de VINICIUS DE MORAES.

Esta vez nos hemos superado en la improvisación (o incapacidad de decisión y falta de iniciativa, véase como se quiera). Tras una infructuosa reunión la noche anterior y una vez en la basura todos los abundantes y endebles planes de casas prestadas a lo largo de la geografia, optamos por el camino de en medio... "¡A las 3 en mi casa rumbo al Sur, señores!, ya pensaremos qué hacemos".

La mañana del miercoles mascullamos la idea y Marruecos empezaba a sonar como lugar idóneo donde gastar los días santos. Allá donde van y vuelven, huyen y regresan los flamencos. Mejor si cambiamos de continente, aunque solo sea un ratito. Y así fue, y así devoramos el cono norte africano y nos echamos a la espalda otro viaje bordado de buen humor, alegría y sol, que me deja fresco para afrontar ese nosequéestoyhaciendoaqui

Y quedo con el pensamiento de que me falta Fez, Rabat, Marrakesch, el desierto... y tantas otras cosas *

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