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EL REY DEL RETIRO

Punto final

Punto final Hay relaciones que empiezan sin que haga falta pensar, donde las circunstancias viajan en alfombra de cara al viento y la confianza rueda de tal modo que, cuando te detienes un poco, parece que fue realmente sencillo. Aquellas ocasiones en que encajas con la otra persona (más cierto sería cuando ni siquiera piensas si encajas), no te planteas si llamar (llamas), no valoras qué plan le puede resultar interesante (surge sin más), ni qué decir (simplemente dices) y así, comienzas rodando como una bola de nieve que ensancha mientras desciende...

Pero debe ser que hay relaciones que necesitan empezar con frialdad, la que no he tenido, o que simplemente esa frialdad denota que no habrá tal relación. Me pregunto a dónde lleva esa frialdad que requiere de un tacto excesivo, extrema delicadeza, una abusiva contención, como una muñeca de porcelana a la que una mirada fija provoca eczemas. Relaciones en que, cuando uno empuja, el otro retrocede y al poco, comienzan ambos a no encontrar ni una situación cómoda, ni una conversación amena, dos psicoanalístas estudiando cada reacción y privándola de naturalidad. El Reino de los malentendidos.

Y uno se ve salmón contra la corriente, salmón que topa con una cascada infranqueable, donde el ansia por seguir el curso del rio provoca golpearte de bruces, otro revolcón, y cada exasperado intento te va acercando al precipicio del hastio hasta que, agotado, asumes como el zorro que las uvas están demasiado altas y que además, seguro que están demasiado maduras, y marchamos por donde vinimos.

Un muro de solido mármol donde apenas he podido desgastarme las uñas tratando de arañar, uñas que crecidas de nuevo, han perdido el ánimo de desgastarse nuevamente en ti. Y jode no alcanzar ni de lejos uno sólo de tus pensamientos... Digo yo que el que se dice sabio tiempo me ayudará a comprender porqués que ahora la imposibilidad me ha hecho descartar.

Y a las neuronas encargadas de los recuerdos apenas las he podido dar un aperitivito, una tapita de vagas imagenes y ambiguas sensaciones de esta chica, que tanto me gustó y tan poco duró. Los que fueron tres días buenos ahora sólo parecen tres extraños días, que no soy capaz de comprender. Ya no hay ganas de interpretar silencios, queriendo o no, has soplado con tal fuerza la nube que marchó y al cielo vuelven el resto de nubes que por unos días parecían haber desaparecido. Un quintal de enamoramiento, una brizna de amor y una cucharada (de las de café) de desamor. He tenido taaan poquito, que apenas guardo un beso tuyo y los pendientes que olvidaste en mi casa.

Y me voy a aúnnosedónde de vacaciones. Ustedes lo pasen muy bien y se me cuiden mucho. Besos.

2 comentarios

G. -

Que reflexión más interesante. Me has dejado meditandola.
Supongo que para mi lo importante son las ganas, si no hay ganas de pelear contra el muro, es que no merece la pena hacerlo. Pero seguro que cuando me toque digo lo contrario ;)
Pasatelo bien donde quiera que vayas, Mr. Un beso enorme.

Tharsis -

Hay relaciones que comienzan sin más, sin esperarlas, sin buscarlas. Me acaba de ocurrir algo curioso en ese sentido, y solo intento darle forma, cuidarlo de la mejor forma posible, sin pensar que será de nosotros mañana, disfrutando de hoy.
Un beso enorme niño :*