Silencio, se rueda
Instalado esta semana en la sierra, en la que fue la casa de toda mi adolescencia y primera juventud, al cargo de los preciosos seres que allí habitan, no paran de asaltarme sensaciones y recuerdos de los años de instituto y de los primeros de facultad. Anoche, entre la densa niebla y el intenso frío me dirigí al portal como tantas otras veces hice cuando volvía de explorar la noche serrana con mis amigos, y respirar me bastó para comenzar a encadenar recuerdos.
Recordé que solía caminar encogido porque el frío allí era terrible, y respiraba profundamente para intentar contener los vaivenes de la borrachera que acostumbraba a llevar en el cuerpo. Prácticamente siempre, meaba cuidadosamente al lado del seto, tapado por un abeto alli donde no me vieran los vecinos, para quitarme de hacer el ruidoso trámite en casa.
Recordé que subía los escalones pasito a pasito para que los perros no comenzaran a ladrar y pudieran despertar al del alcoholímetro. Nada más cerrar la puerta de casa lo que mas me gustaba era revolcarme a oscuras con los canijos que venían alegres moviendo la cola a darme la bienvenida. Me tiraba con ellos y les hablaba al oído. Al cruzar la puerta del salón, Morgan (el loro), siempre, siempre se acordaba de susurrar Hugooo, hugooo, ya que sabía tan bien como su sigiloso amo que no debía alterar el silencio hogareño.
Yo compartía cuarto con mi hermano que solía llegar más temprano y la maldita puerta siempre sonaba al abrirse. Delicadamente abrías deseando no escuchar las terribles palabras: Hugo, ¿eres tu?. De ahí, al sobre.
También me acordé de aquella noche invernal en que, debió ser el sueño o el globo, las fuerzas no me dieron para alcanzar el pijama de la cabecera de la cama y me quedé dormido en pelotas sobre el edredón.
7 comentarios
brocco -
Pedro -
ganso -
Mr. Majestic -
brisaenlanoche -
Un abrazo.
PD: no pienso que seas un golfo ni un zángano, me caes muy bien ;) (y no te enfades por lo que he puesto en mi último post).
Mr. Majestic -
La mujer tirita -