Hormonas
La comida de navidad del despacho terminó a las 12 de la noche, con cien o cientocincuenta copas en mis venas, que no paran de recordarme lo flojo que me encuentro. Creo que todavía mantengo algo de sangre en el sistema alcoholico.
La tarde, la tarde/noche y la noche transcurrieron entre conversaciones personales de todo tipo (algunas sobre lo yogurin y afortunado que soy, decia la chica del perfume* mientras intentaba colocarme a una de sus hermanas pequeñas). Pero sobre todo, y especialmente en cuanto marchó el MUÑECO (o jefe) y quedamos cuatro chicas y dos chicos, afloró la Revolución de las Hormonas (ultimamente tan presente) y el sexo fue durante muchas horas el único tema de conversación. Y es que de un tiempo a esta parte, cañas o copas y chicas de por medio, follamos poco, pero hablamos muchísimo de ello.
La tarde, la tarde/noche y la noche transcurrieron entre conversaciones personales de todo tipo (algunas sobre lo yogurin y afortunado que soy, decia la chica del perfume* mientras intentaba colocarme a una de sus hermanas pequeñas). Pero sobre todo, y especialmente en cuanto marchó el MUÑECO (o jefe) y quedamos cuatro chicas y dos chicos, afloró la Revolución de las Hormonas (ultimamente tan presente) y el sexo fue durante muchas horas el único tema de conversación. Y es que de un tiempo a esta parte, cañas o copas y chicas de por medio, follamos poco, pero hablamos muchísimo de ello.
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Tharsis -