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EL REY DEL RETIRO

Montaje psicótico

El otro dia en Melilla, quizá llevado por el aburrimiento de una ciudad con poco que contar, me monté una pelicula que me tuvo bien entretenido a lo largo de la mañana. Eso si, me puse de protagonista, lo cual le meté a uno más en el papel.

El hecho es que en los pasillos del Juzgado, calzada la toga y en la clásica y tediosa espera antes de la actuación, apuraba las ultimas caladas de la alquitranada colilla cuando escuché unas voces más altas que otras que provenian del fornido hijo del demandante, de aterradora y macarra presencia, envuelto en su chandal de espejo y su plumas. ¡Tenemos derecho a cobrar!.. vociferaba a su letrada, que con cara pálida le hacía gestos recomendándole contención. Aparte de haberle negado el pago, yo había acusado de fraude a su padre, quién además había muerto recientemente por un infarto durante el procedimiento. Trágico, si, no me digan que no daba pie a empezar con las especulaciones...

Ya verás, estos moros van a perseguir a este occidentalito a la salida del Juzgado, me van a increpar como en las peliculas, si no algo peor.. VIENEN A POR MI... andaba cavilando cuando el funcionario nos llamó para entrar en sala. Durante el juicio, viendoles sentados en el banco, seguía maquinando la novela.. ¿Y donde estan los dos grandullones que antes les acompañaban? Ya te digo, me esperan fuera, y van a venir a por mí.

Acabó el juicio y nada abrir la puerta encontré a un legionario con peludo escote y malla verde pálida, que estaba acompañado por sendos policias militares con uniforme de batalla. Mis salvadores -pensé- pero me van a tomar por demente, asi que continué con el periplo. Los ascensores pueden resultar sitios realmente inseguros así que en el clásico error que comete el personaje acorralado (para dar más tensión al film) me encaminé a las escaleras de emergencia. Bendita la hora en que se me ocurrió. La respiración se me entrecortó nada más cruzar el umbral de la puerta que daba acceso a estas desiertas y viejas escaleras, apenas iluminadas y con las paredes raidas y ennegrecidas. Bajé con el golpeteo de las suelas a ritmo veloz, pero me interrumpió una voz femenina: "¿Abogado Taboada?".. No lo siento, no se quién es.. contesté con palabras temerosas y con alivio de saber que aún llevaba algo de ventaja sobre mis captores.. Lo mismo me esperan a la salida, tendré que estar vigilante..

Luego en las calles, utilicé varios de los trucos que me enseñó mi padre para observar si a uno le siguen. De repente, cambias de rumbo inesperadamente, cruzas la calle de sopetón y te girás a observar a la gente a tu alrededor, fichas al personal, vuelves sobre tus pasos, un par de quiebros más y, si alguna de las nuevas caras te resulta familiar: MALO, he ahí a tu malvado perseguidor. Pero la táctica que más me gusta es la de pararte delante de un escaparate y con el reflejo del cristal observar detenidamente a los viandantes.. ahi puede estar el sicario que viene a por tí, fijate bien... Tras un buen rato "mirando" el escaparate del pull&bear sin mayores motivos de sospecha, me dirigí a la plaza donde recibí, una llamada telefónica... Uy, aqui estoy demasiado visible.. y sonreia de lo real que parecía jwjwj

Luego subí al avión de hélices y todo acabó.. No me digan, podía haber pasado una mañana de lo más sosa y la cambié por una espectacular persecución por las calles de una ciudad desconcida..

Buen fin de semana querid@s y fijense bien en los escaparates que el miedo puede encontrarte cuando menos lo esperas...

6 comentarios

La Mujer Paranoica -

Estoy con G...Lo peor es que si soy yo, voy a comisaría corriendo a suplicar ayuda...
Un Beso.

Arckh -

tela...

hombreorquesta -

jajaja psicosis en melilla! te faltaba la pipa escondida en el bolsillo.
o que te pongan una guardasespaldas que este buena ;)
Abrazo amigo

Pedro -

Yo, con este curro que tenemos, también he pensado más de una vez que me podrían esperar en una esquina y darme un palo

brisaenlanoche -

Pero al final no pasó nada, ¿no? Gracias por las pistas que das de cómo descubrir si te siguen o no, a veces he tenido la sensación de que alguien lo hacía...
Un abrazo.
PD: Anda con mil ojos, siendo abogado, nunca se sabe, jejeje...

G. -

jajajajaja, ¡¡diosssssss que daño han hecho las películas de sobremesa a este país!!!